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33. Creatividad según Jonah Lehrer, Miquel Barceló, 23 agosto 2015

En el artículo anterior hablamos de creatividad e innovación y nos referimos a autores brillantes como Snow, Steiner o Zweig que han tratado la creatividad desde distintas perspectivas. Vimos también la relación entre creatividad e innovación, así como el papel de las metodologías en el proceso creativo y, al final de todo ello, acabábamos formulando la necesidad de gestionar la creatividad para la innovación.

Credit Photo: greydanusdesign.com.

Credit Photo: greydanusdesign.com.

En este artículo nos centraremos en la creatividad individual recurriendo a autores como Jonah Lehrer (Imagine, 2012) o Kevin Duncan (The Ideas Book, 2014).

La naturaleza del proceso creativo

En el artículo anterior hablamos de creatividad e innovación y nos referimos a autores brillantes como Snow, Steiner o Zweig que han tratado la creatividad desde distintas perspectivas. Vimos también la relación entre creatividad e innovación, así como el papel de las metodologías en el proceso creativo y, al final de todo ello, acabábamos formulando la necesidad de gestionar la creatividad para la innovación.

En este artículo nos centraremos en la creatividad individual recurriendo a autores como Jonah Lehrer (Imagine, 2012) o Kevin Duncan (The Ideas Book, 2014).

La naturaleza del proceso creativo

Un proceso creativo empieza con el planteamiento de un reto. Por las razones que sean nos planteamos un problema que queremos resolver y cuya solución no es obvia ni inmediata. Sobretodo porque, como no forma parte de nuestras rutinas diarias, el cerebro tiene que pensar en una nueva solución que antes no se había planteado. Empezamos a pensar en ello pero la solución no llega; entonces no sabemos qué hacer y nos sentimos frustrados. Parece que para hablar de proceso creativo necesitamos un cierto sentimiento de frustración como starter del proceso.

Lo podemos describir así. Cuando hemos llegado al límite del pensamiento racional y deliberado en pos de la búsqueda de una solución por los caminos cerebrales habituales,  cuando nos frustramos pero al mismo tiempo nos rendimos a la evidencia de que no va a servir de nada seguir por ahí, el cerebro entra en el proceso creativo y se produce lo que Zweig llamaba “el acto divino de la creación”.

De repente, como un rayo que nos ilumina, vemos claramente la respuesta al problema que tanto nos había preocupado. ¿Qué ha pasado?  ¿Qué pasa en nuestro cerebro en estos momentos de creación?.  Y lo más importante, ¿cómo podemos favorecer la aparición de esta luz creativa?.

Parece que según las más recientes investigaciones en el campo de las neurociencias, la respuesta estaría en el papel distinto que juegan los dos hemisferios derecho e izquierdo y, más concretamente, en el papel que el hemisferio derecho juega durante el acto creativo.

La función del hemisferio derecho sería la de encontrar las conexiones entre cosas aparentemente inconexas, que es precisamente lo que está en la base de la creatividad, en la base de la creación de algo nuevo.

Mark Beeman, neurocientífico dedicado a entender el funcionamiento del cerebro, lo expresaba así:  “ El mundo es tan complejo que el cerebro tiene que procesarlo de dos maneras diferentes al mismo tiempo. Es preciso ver el bosque y los arboles. El hemisferio derecho es, de los dos hemisferios cerebrales, el que nos ayuda a ver el bosque ”.

El hemisferio izquierdo es efectivo en la aplicación de las soluciones conocidas, pero cuando se trata de una situación novedosa, y por ello desconocida, es solamente el hemisferio derecho el que puede encontrar una solución a partir de crear conexiones hasta la fecha no exploradas.

El sentimiento de frustración que sentimos ante la imposibilidad de resolver el problema o de conseguir el reto que nos hemos propuesto, debe ser la señal que nos lleve a rendirnos a la necesidad de soltar el control del hemisferio izquierdo junto con sus explicaciones racionales y predecibles. Se trata de que aceptemos la necesidad de explorar el problema o el reto desde otras perspectivas; haciéndolo, ocurre que el hemisferio izquierdo pasa el control al hemisferio derecho y, junto con él, a su poder de conectar la información en modos distintos a los acostumbrados.

Entonces empieza el acto creativo. Y unos pocos milisegundos antes de la nueva conexión, que sentimos como iluminación, los científicos han detectado una punta de ondas gamma, que es la frecuencia eléctrica más alta que genera el cerebro.

Esta es la respuesta que nos viene de la investigación científica y, si realmente es así, nos interesará conocer en qué condiciones podemos favorecer estas emisiones de ondas gamma para así ser capaces de favorecer la conexión creativa o acto creativo. Veremos algunos casos para extraer unas primeras conclusiones.

Condiciones y casos de creatividad

Si la acción creativa del hemisferio derecho se activa cuando nos olvidamos del problema, será interesante conocer de qué maneras podemos desconectar del problema, o sea del hemisferio izquierdo, para que así tome el mando el hemisferio derecho.

Al parecer, empresas como 3M consiguen la desconexión del hemisferio izquierdo y la conexión con el derecho, alentando a sus trabajadores a dedicar un porcentaje de su tiempo a otras actividades no planificadas y aparentemente improductivas. 3M lo llama su política de atención flexible. Consiste en que su personal investigador dedique el 15% de su jornada laboral a pensar y desarrollar nuevas ideas especulativas por locas que parezcan, compartiéndolas con sus colegas.

3M es una de las empresas más innovadoras del mundo, actualmente comercializa más de 55.000 productos distintos, destina más del 8% de sus ingresos brutos a investigación y los productos de menos de cinco años de antigüedad representan el 30% de sus ingresos brutos.

Otra empresa que utiliza estas técnicas de activación del acto creativo es Google con su programa “Innovative time off” que dedica el tiempo de su personal según la regla 70/20/10. Esta conocida regla consiste en que el personal de esta empresa dedica el 70% de su tiempo a los proyectos propios de la unidad o departamento del que forma parte, el 20% lo dedica a actividades en colaboración con personas de otras unidades, y el 10% restante lo dedica a actividades creativas de propia elección sin relación con su trabajo habitual. Se estima que al menos el 50% de los nuevos productos de Google se han iniciado a partir de especulaciones nacidas en el marco de este programa.

Además de todo lo dicho en cuanto al papel del hemisferio derecho en el acto creativo, también se ha descubierto que los momentos de alegría y de felicidad  pueden llevar a aumentos espectaculares de la creatividad. Las empresas, pues, son las primeras interesadas en que sus empleados sean felices y estén contentos. En cuanto al momento del día mas propicio para estos estados mentales parece que es a primera hora. A veces corriendo a primera hora o mientras uno se ducha es cuando llegan las mejoras ideas. Os aseguro que en mi caso es así y que, a menudo, cuando llego a casa después de correr un rato, me veo obligado a apuntar rápidamente algunas de las ideas generadas durante la carrera para que no se me olviden.

En cambio, parece que una excesiva atención en un problema y un estado de tensión mental, bloquean las conexiones creativas que nos llevarían a encontrar soluciones o a una idea creativa. El uso de estimulantes como la cafeína o algunas pastillas, nos mantienen en vilo pero en realidad pueden inhibir las ideas creativas.

Lehrer afirma que: “de vez en cuando, centrar la atención puede llevarnos a fracasar y hacer que nos fijemos en las respuestas equivocadas. Sólo descubres la respuesta si te relajas y distraes. La epifanía sólo llega cuando has dejado de buscar la respuesta”.

Estas visiones repentinas de nuevas ideas o soluciones a problemas que nos preocupan, provienen de conexiones entre pensamientos o informaciones aparentemente inconexas. Inventamos nuevas formas o nuevas ideas combinando formas e ideas que se habían almacenado en nuestro cerebro como informaciones separadas, independientes. Al conectarlas surge el rayo de luz creativo.

Algunas conclusiones para favorecer la creatividad y la innovación

Propongo algunas conclusiones para conseguir generar ideas creativas para la gestión de la innovación en las empresas:

En primer lugar, pensar si en nuestra empresa podríamos aplicar modelos de gestión del tiempo como hemos visto para el caso de 3M o de Google. No siempre será posible, por múltiples razones, pero podemos hacer pequeños ensayos en nuestro ámbito de decisión. Por ejemplo, programando periódicamente en nuestra unidad o departamento, sesiones de trabajo por grupos aplicando técnicas de creatividad basadas en algunas de las múltiples técnicas existentes para generar ideas. O encargar a un equipo pluridisciplinar que dedique el 10% de su tiempo a desarrollar conocimiento sobre un tema aparentemente distinto al del negocio, por ejemplo el proceso de envejecimiento; para luego intentar encontrar una conexión entre este nuevo conocimiento y el del negocio. Algo así como: ¿qué conexión puedo encontrar entre los métodos aplicados para frenar el envejecimiento y los métodos que utilizamos en la empresa para mantener la maquinaria a punto?

En segundo lugar, ¿cómo podemos trasladar estas experiencias al conjunto de la empresa?, dado que la creatividad surge de las interacciones horizontales aparentemente inconexas. Es probable que cuando interactúen un ingeniero de planta y uno de desarrollo se produzcan conexiones que lleven a la idea creativa que luego deberá desarrollarse. También podría ser una buena idea que los ingenieros vayan pasando periódicamente, cada n años, de una división a otra de manera que se favorezcan estas interacciones, tal como hacen empresas innovadoras como 3M.

Finalmente, propongo aplicar uno de los “50 ways to generate ideas more effectively” que propone Kevin Duncan en el libro citado al principio. Concretamente la número 26  que denomina: “The Unconcealing” que podríamos traducir como destapar lo que está escondido. Se basa en las ideas de Lehrer que hemos visto, sobre que la idea nos viene cuando dejamos de pensar en el problema.

El ejercicio práctico consistiría en trabajar intensamente un problema mediante las técnicas habituales de manera que si no encontramos la solución, lo separamos y lo ignoramos por un tiempo. El autor recomienda que durante ese tiempo cada miembro del grupo intente conseguir estados de ensoñación (corriendo, la ducha, etc. Aquí la imaginación personal puede ser infinita) como modo de crear un estado propicio a la producción de la conexión .Seguidamente el grupo se vuelve a reunir repasando ideas que han podido llegar durante el periodo de reposo y olvido del problema.

Mucha suerte!!

Artículo de Miquel Barceló

Miquel Barceló33. Creatividad según Jonah Lehrer, Miquel Barceló, 23 agosto 2015

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