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34. El papel de las ciudades en el siglo XXI. Miquel Barceló, 30 agosto 2015

Las ciudades juegan un papel fundamental en la globalización, en realidad son sus agentes principales y no los estados o países. Es cierto que estos marcan las políticas económicas y el marco jurídico que deben respetar los agentes económicos. Pero son las empresas, las que actúan en el marco global; estructurando su sistema productivo mediante la organización de funciones, propias o ajenas, en distintas ciudades del mundo, aquellas que disponen de unas condiciones locales más apropiadas para cada función.

Esta tendencia viene reforzada por la imparable concentración de la población mundial en áreas urbanas. Por primera vez en la historia de la humanidad, más de la mitad de la población mundial reside actualmente en regiones urbanas, y está previsto que crezca hasta el 60% en el año 2030. La evolución de la concentración de la población mundial en ciudades, desde el año 1800, iniciada la revolución industrial, ha sido la siguiente:

Credit Photo: esenciayespacio.blogspot.com.es.

Credit Photo: esenciayespacio.blogspot.com.es.

1800                     1900                  1950                2007

3%                       14%                  30%                 50%

Fuente: Peter K Kresl.

Entre 1800, cuando la inmensa mayoría de la población mundial (97%) vivía en el campo, y 1950 se observa un fenómeno acelerado de concentración en las regiones urbanas producto de la revolución industrial y la invención del modelo de producción basado en la fábrica. Sin embargo, vemos que durante la segunda mitad del siglo XX el proceso se acelera y ello ya no resulta tan obvio.

Con la revolución del conocimiento basado en la difusión de la TIC parece que ya no sería necesaria la concentración en las ciudades. Las nuevas tecnologías de hecho permiten la comunicación de todos con todos sin que importe el tiempo y el espacio. De hecho, muchos de los “gurús” que nos obsequian con sus profecías futuristas, no pararon de decirnos durante la última década del siglo XX que la ciudad era un producto industrial caduco y que en el futuro todo el mundo viviría en lugares tranquilos, alejados de las grandes ciudades, y allí se conectaría con el ordenador.

Pero los hechos son tozudos y se acaban imponiendo. Como afirmaba un capitán que tuve en la “mili“: “el proyectil caerá por la ley de la gravedad o por su propio peso”. Efectivamente la gente ha decidido vivir en las ciudades o en sus áreas metropolitanas. Pero ¿porqué?. ¿Cuál es la causa de esta nueva paradoja tecnológica?.  Sin pretender decir la última palabra, sí que podemos avanzar una propuesta explicativa. La explicación estaría en la diferencia entre información y conocimiento. Las TIC nos ayudan a intercambiar información sin limitaciones espacio-temporales, pero para el conocimiento es necesaria la interacción humana cara a cara y la experiencia nos dice que la tecnología no sustituye esta interacción propia de la proximidad.

Hay otras teorías relevantes sobre este tema, como la de Richard Florida sobre la atracción de talento en las ciudades que explicaremos otro día. Ver Richard Florida, La clase creativa, 2010.

Sea como sea, parece clara la importancia de las ciudades como polos de competitividad en el mundo. De hecho, actualmente los países con un mayor Índice de Desarrollo Humano (HDI) concentran más del 70% de su población en áreas urbanas. El caso de Europa i Norteamérica supera estas cifras con un 75% y un 77% respectivamente y se estima que lleguen a un 83% y un 84% en 2030.

Las ciudades son hoy en día los agentes activos de la Globalización. La ciudad es el espacio del comercio de los negocios y de la toma de decisiones. En las ciudades se produce el intercambio de ideas, se concentra el talento y se generan focos de innovación y de creatividad. Las ciudades son las puertas del intercambio, los nodos de la red global. La globalización es un fenómeno económico, tecnológico, social y cultural basado en la existencia de una red global de ciudades interdependientes.

En este marco global, las ciudades han seguido siendo áreas de actividad económica como la ciudad industrial tradicional, pero también han evolucionado algunas de ellas, las más importantes, hacia centros o nodos de la nueva economía basada en el conocimiento. Actualmente las ciudades más importantes del mundo están compitiendo para atraer nuevos negocios, centros de I+D y sedes de empresas para configurar nuevos clústers urbanos a escala mundial.

Y en esta batalla competitiva, resulta que los activos más importantes con que cuentan estas ciudades no son ejércitos o tanques como antiguamente.  Ahora la batalla de la competitividad global se gana mediante el talento de las personas. O, como afirma Richard Florida, mediante entornos urbanos que reúnan las tres T: Tecnología, Talento y Tolerancia (sinónimo de cultura rica y abierta y de calidad de vida).

Muchas de las grandes metrópolis del mundo son actualmente grandes actores de la economía global. Mediante la integración de sus propias capacidades y las inversiones que son capaces de atraer, hoy muchas de ellas serian líderes mundiales en términos de generación de riqueza. Por ejemplo si consideráramos las metrópolis de los EE.UU de América como economías “nacionales”, 47 de las 100 primeras y 85 de las 150 primeras, estarían situadas en metrópolis americanas. En Europa, ciudades como Londres, París, Frankfurt, Munich o Milán también estarían bien situadas . En España , Barcelona y Madrid podrían formar parte de esta Champions League.

En definitiva, podemos afirmar que hoy las ciudades son elementos clave de la globalización y de la economía basada en el conocimiento. Y en las ciudades el trabajador cualificado, el talento, determina la capacidad de generar valor y actividad económica en el conjunto del proceso productivo. El talento y los puestos de trabajo de la nueva economía se concentran en las grandes ciudades.

Veamos en este contexto, algunos modelos o tipos de nuevas ciudades del siglo XXI, que es la ciudad compacta, sostenible y del conocimiento.

Para que un núcleo urbano pueda devenir en nodo de la red global de forma estable y continuada, debería reunir algunas condiciones estructurales propias de la nueva sociedad del conocimiento. Entre otras podemos destacar las siguientes.

Ciudad compacta, en contraposición a la ciudad difusa propia de la sociedad surgida de la segunda revolución industrial. Ésta especializa y distribuye el territorio según su actividad y función. Las actividades productivas industriales son expulsadas de la ciudad durante el siglo XX. No importa la distancia, disponemos de un medio de transporte, el automóvil, que resuelve este problema con eficacia, aunque no con eficiencia. En cambio, la nueva ciudad necesita ser compacta y densa, necesita que las personas se encuentren para intercambiar el conocimiento. Necesita de espacios de relación y convivencia en el propio tejido urbano, necesita de un modelo de movilidad distinto. Precisa de una mezcla de usos propia de la ciudad mediterránea tradicional.

Ciudad Sostenible, en contraposición a la ciudad industrial tradicional no sostenible. La ciudad industrial no es sostenible y por tanto no tiene futuro. El modelo energético que comporta es inasumible, los tiempos de desplazamiento son irracionales, la contaminación inaceptable, la depredación del territorio salvaje. Un ejemplo: en 25 años el área metropolitana de Barcelona urbanizó tanto suelo como en los 2000 años anteriores. Ver Salvador Rueda, Ecología Urbana, 1995.

Ciudad del conocimiento. En contraposición a la ciudad sede de actividades poco cualificadas, es en el interior de las ciudades donde podemos hacer posible la interrelación entre actividades generadoras de conocimiento y nuevas actividades productivas, siguiendo modelos urbanos como el de la triple hélice. La creatividad, el talento, la innovación requieren de un entorno urbano rico en instituciones y centros culturales que favorezcan la relación entre personas y entre organizaciones de la nueva economía.

Otras características de la ciudad nodo de la red global serian la ciudad tolerante, con una elevada calidad de vida, atractiva para el talento internacional, integradora de la creatividad cultural, la ciudad políglota, la ciudad con un espacio público que favorezca el intercambio, la ciudad compleja y plural, la ciudad amable y segura, la ciudad abierta, la ciudad bien comunicada con el mundo. La ciudad con personalidad basada en su historia y en su cultura, una ciudad con relato compartido. En definitiva, la ciudad plenamente adaptada a las condiciones de la economía global basada en el conocimiento. La pregunta es:

¿Cómo se puede favorecer el desarrollo de este modelo de ciudad a partir de la ciudad industrial tradicional?: como en casi todo, no existe una respuesta simple, pero propongo intentar avanzar en la reflexión en próximos artículos. Ahora terminaremos el presente artículo con una pregunta que siempre sale en los debates sobre este tema: ¿acaso las zonas rurales más o menos alejadas de los núcleos urbanos están condenadas a vivir solamente del turismo y los recursos naturales?, ¿estas zonas no pueden jugar un papel en la sociedad del conocimiento?.

El papel de las zonas alejadas de las grandes áreas metropolitanas.

En Inglaterra, fuera de Londres, ¿todo será un desierto?, ¿acaso no juegan un papel Oxford y Cambridge, o Manchester o Bristol y tantas otras ciudades medias en el sistema de ciudades del conocimiento de la Gran Bretaña?. Lo mismo podríamos decir de muchas ciudades medias americanas o de otros países del mundo.

En el caso de Barcelona y Cataluña parece oportuna esta reflexión. El ecosistema innovador se conforma solamente en el Area Metropolitana de 4 millones y medio de habitantes, o ciudades medias de la tercera y de la cuarta corona como el eje orbital Vilanova-Vilafranca- Igualada- Manresa- Vic- Girona-Olot-Figueres. Y más allá hacia Tarragona-Reus, Lleida y el eje de la A2. ¿La distancia entre ciudades, se mide en kilómetros o en tiempo?. Unas buenas infraestructuras organizan el espacio de forma distinta a la manera tradicional. El AVE a Girona, Reus-Tarragona y Lleida ha acercado estas áreas urbanas configurando un sistema urbano policéntrico que puede jugar un papel de nodo de conexión con el sistema global de ciudades. Por otra parte las infraestructuras de telecomunicación también reordenan el territorio y lo conectan con las redes globales.

Parece que la nueva geografía del conocimiento a escala global, requerirá de un nodo fuerte conectado con los otros nodos del sistema global y de un sistema de ciudades y núcleos urbanos a escala local que se beneficien de su calidad de vida (la Tolerance de Florida) y de su proximidad al nodo global. En el caso de Cataluña, Barcelona como nodo global y el sistema de ciudades catalanas como red conectada con el mundo mediante este nodo.

Artículo de Miquel Barceló

Miquel Barceló34. El papel de las ciudades en el siglo XXI. Miquel Barceló, 30 agosto 2015

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